Yo.

Hace mucho tiempo que no escribía. Me han pasado muchas cosas. Me di cuenta que transmito a la gente, como me ven y que puedo cambiarlas.

No harán más de 20 días que me hice más cercana a un compañero de curso y me gustó ese cambio, podría decir que es mi amigo, quién sabe. No puedo revelar más sentimientos porque nunca me gustó hacerlo, así que dejémoslo así.

También me empezó a gustar... no, mentira, no se dice así. Bueno, no sé como explicarlo. ¿Donde iba? Ok, una persona de el sexo opuesto. Por todos lados podría funcionar pero el es una persona diferente a lo que es con el grupo que nos rodea que fuera de este. No sé que hacer para conocerlo fuera del grupo, no conozco a nadie más.

Mis manos están calientes y me pican mientras leo Ana Frank. Quería leer uno por Internet, pero me duelen los ojos así que quizás más tarde lo imprima, o lo compre.

Vamos al grano... yo quería hablar de las masas. ¿Cómo es que si una persona comienza a hacer algo que nadie más hacía o desconocía, todos comienzas a hacerlo? Me rompe las que no tengo, es increíble. No puedo creer que existan personas tan copionas y "monitos". Busquen su identidad, yo también lo hago.

Me jode que critiquen mis errores personas que no pueden enmendar los suyos.

Stevens

"Issobel camina sigilosamente hacia él, haciendo sonar sus tacos en la acera. Sus miradas se cruzan a lo lejos. Se arregla el cabello, mueve su cigarrillo al compás del sonido de sus tacos, sonríe. Los ruidos de la noche se acoplan en medio de la escena, los ambiguos transeuntes se dirigen a sus casas esperando ver a sus hijos. Ella piensa su próximo movimiento, cae su adicción, sus ojos lucen ambulantes. Mark está ansioso de tener en sus manos tan ansiado cuerpo. Caminan sin decir una palabra hasta el auto. "Aquí empieza la acción" pensó Mark. Issobel comienza a besarlo, todo surge como esperaba. Espera el momento oportuno, prende un cigarrillo, él la riega de alcohol. Mark recae en la tentación. Izzie lo seduce, sus rubios cabellos y labios rojos hacían su trabajo con esmero. Todo empieza a agitarse. La ciudad se alborota. Issobel hace su jugada. Ríe sagazmente. Mark la mira atónito, como adivinando lo que pronto ocurrirá. No puede darse cuenta, reposa sobre la sangre derramada. El olor a alcohol y cigarrillo se mezclan con el perfume de rosas de Izzie que rociaba miserablemente sobre su piel. Le da un último beso y sale por la puerta del auto, pensando quien será su próxima víctima."

Momentos de reflexión.

Porque a veces nada más es mejor callar que meterte en un lío.
Porque a veces, sientes que nadie quiere estar a tu lado.
Porque a veces el mundo se encarga de darle una lección a aquellas personas que tanto daño te hicieron.
Porque a veces, esas chicas que creías amigas se olvidan de ti, y tu de ellas.
Porque a veces lo que odiabas termina siendo lo que menos olvidas y que más amas.
Porque a veces es bueno empezar de nuevo.
Porque a veces callarse no es bueno y necesitas meterte en un lío.
Porque a veces, la gente necesita escribir para desahogarse.
Porque a veces necesitas que te brinden una mano para levantarte de esa caída tan fuerte.
Porque a veces una fotografía está llena de recuerdos que nunca volverán.
Porque a veces crecemos muy rápido y sin darnos cuenta.
Porque a veces se extraña lo que tan repentino se dejó.
Porque a veces, tener miedo significa que tienes algo más que perder, y eso es bueno.
Porque a veces, es mejor llorar que tratar de ser fuerte todo el tiempo.
Porque a veces es mucho mejor dejarse llevar por la gente que te rodea.
Porque a veces es mucho mejor decir "te quiero" sin pensarlo.
Porque a veces un abrazo de esa persona te alegra el día.
Porque a veces una canción te hace bailar y recordar.
Porque a veces amas a alguien que vive muy lejos.
Porque a veces crees cosas que no son y terminas atormentándote a ti misma.
Porque a veces se necesitan momentos de reflexión contigo misma para entender mejor el mundo.

Nada es cierto...

"No es cierto que el amor todo lo puede. No es cierto que el que ama no puede engañar. No es cierto que a la relación amorosa no haya que ponerle condiciones. No es cierto que el amor y el deseo vayan siempre de la mano. Pero decir que todo esto no es cierto no implica que sea imposible".

Del libro "Encuentros" de Gabrel Rolon.